Durante sus visitas pudieron ver las condiciones en que se encuentran, la falta de agua potable en las mediagua, el difícil acceso del lugar y la ayuda que esperan.
También registraron la situación de muchos padres de familia que perdieron su principal herramienta de trabajo, los botes, lo que les impide salir a trabajar y obtener dinero para mantener sus familias. Según los mismos afectados, reunir 8 millones aproximadamente, que es lo que cuesta una embarcación, es imposible y optar a créditos no pueden, ya que están en mora y no pueden pagar sus deudas.
De a poco la caleta comienza a recuperarse. Ya se inauguraron dos restaurantes para recibir a los turistas y a los habitantes de Tumbes.
El optimismo es general y confían que saldrán adelante, los botes ya están en reparación y muchos esperan salir a trabajar luego al mar.
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